Propósitos de año nuevo: el origen.

Propósitos de año nuevo: el origen.

Sabemos que diciembre,
se caracteriza por sus muy peculiares y coloridas emociones y tradiciones. Que van desde las
fiestas, las posadas, comidas laborales, el intercambio  (nos haya gustado o no, el regalito) je, je,y obviamente, las cenas familiares.
En pocas palabras, ¡se echa la casa por la ventana! Y aunque se vive mucha emoción para algunos, también es una época de melancolía y recuerdos grises para otros... 
¡Aaahh, pero eso sí!, en enero hay algo en lo que todos coincidimos,
¡Los propósitos del Año Nuevo!  

Indiscutiblemente,se respiran nuevos bríos en el aire, esa emoción por la renovación que nos trae el cambio de año.

La firmeza de darle la vuelta a la página, ¡o hasta de aventar todo el libro si queremos! Siento que es una unanimidad que nos embarga a todos, aunque sea en lo más recóndito de nuestro ser. 
 Indudablemente, hay nuevas ilusiones, esperanzas, nuevas metas, ¡y esas ganas a tope de lograr todo lo que nos hemos propuesto al comer esas 12 uvas!
Y haciendo un pequeño paréntesis, ¿alguna vez se han preguntado de dónde viene esa infalible tradición de pedir los deseos mientras casi nos atragantamos comiéndolas? Porque si no las comemos así de rápido, hasta sentimos que no se harán realidad, ¿a poco no? 

Bueno, pues les platico un poquito, el origen de los propósitos de Año Nuevo, viene desde hace unos 4.000 años en la antigua Babilonia, con la celebración del “Akitu”, que era una fiesta en marzo, dedicada a la llegada de un “mundo nuevo”, y se festejaba en ese mes, porque era el cambio del invierno a la primavera. Esta fiesta consistía en festejar también, la corona de un nuevo rey, o jurar lealtad al rey que estaba. Realizar promesas a sus dioses, y si cumplían a esto, serían recompensados durante ese año.  

Posteriormente, el primero de enero en la antigua Roma, realizaban sacrificios y promesas, para el dios de los comienzos. Todo esto, hablando del tema de los propósitos y los deseos; y en el caso de las tradicionales uvas, a ciencia cierta no se sabe, pero hay dos versiones. Ambas con su origen en España, y recordando que cada uva, representa cada mes del año y cada deseo.
La primera, es que en el año 1909 hubo una sobreproducción de uvas, por lo
que los productores empezaron a decir que comer 12 uvas en Nochevieja les traería suerte el siguiente año. 
Agilizando así, su venta.
 
La segunda, se dice que fue adoptada por la sociedad burguesa española para imitar 
la clase de los franceses y alemanes, que tenían como costumbre de la fecha comer uvas con vino blanco.
  
Y aunque estos festejos eran relacionados con temas religiosos, las tradiciones sobrevivieron y tuvieron algunos cambios, dando origen a como las conocemos hoy en día.  
Pero volviendo a la actualidad, al tema en el que estábamos, me parece muy mágico y totalmente válido, sentir especial nuestro comienzo de año; incluso, acompañarnos de algún ritual o alguna creencia para que tomen más fuerza. Y que sea esta fuerza, también nuestra fuerza interna para lograrlo. ¡Aquí se vale agarrarnos de todo! Se vale soñar, pero también hay que aterrizar los
sueños... y es justamente de esto, de lo que platicaremos la próxima semana.  

Mientras tanto, cuéntenos, ¿tienen algún ritual para ayudarse a hacer realidad sus propósitos de Año Nuevo? 
¡Gracias por leerme! ¡Les deseo un muy feliz 2022!  
 
Reciban un cariñoso abrazo de parte de la familia  Amore Mor
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